lunes, 9 de abril de 2012

El último destello



Existen cientos de mitos y leyendas relacionados con extrañas luminarias nocturnas. Pequeñas luces, destellos y llamas que aparentemente no responden a las leyes de la física conocida por el momento. De entre todas ellas, quizás las más antiguas sean los fuegos fatuos, unas fugaces luminiscencias que aparecen en cementerios y zonas pantanosas relacionadas con la inflamación espontánea de ciertas materias, pero que en algunos casos, parecen retroceder ante la presencia de observadores.
La espontaneidad y la corta duración de estas luminiscencias las convierten en algo prácticamente imposible de captar en imágenes, lo que aumenta su halo misterioso y enigmático que, desde los primeros reportes hace ya muchísimo tiempo, no ha hecho más que aumentar ante la falta de una respuesta científica a este fenómeno.

  Es muy corriente, aun hoy en día, encontrar a gente que cree ciegamente en todo tipo de mitos y leyendas. Entre la población rural europea, especialmente en la cultura gaélica y eslava, se cree que los fuegos fatuos o "will" o "the wisp" son espíritus malignos de muertos u otros seres sobrenaturales que intentan desviar a los viajeros de su camino, alejándose cada vez que alguien trata de acercarse. A veces se cree que son espíritus de niños sin bautizar o nacidos muertos, que revolotean entre el cielo y el infierno.

   Modernas elaboraciones ocultistas los relacionan con la salamandra, un tipo de espíritu completamente independiente de los humanos. 

  Siempre han llamado mucho la atención y hasta hace relativamente poco no se tenía una explicación científica sobre su origen. 

  Una teoría relaciona el fenómeno con la electricidad. Los destellos aparecen expontáneamentea cuando se dan ciertas condiciones climatológicas y geológicas. 

  Sin embargo, la teoría verdadera es que estos misteriosos destellos no son más que inflamaciones de varios materiales, principalmente fósforo. Materiales que provienen de la putrefacción de cadáveres, tanto humanos como animales. De ahí que la mayoría de estos destellos se hayan dado en cementerios y pantanos. Esto no ha hecho más que alimentar las leyendas y mitos sobre ellos. La oxidación de la fosfina y los gases de metano producidos por la descomposición de materias orgánicas producen la aparición de luces brillando en el aire.